El sistema de frenos es el más importante en el automóvil. Si los frenos fallan, el resultado puede llegar a ser desastroso. Los frenos son en esencia dispositivos que convierten energía. La energía cinética (movimiento) es transformada en energía térmica (calor).
En años recientes, los frenos han cambiado mucho en su diseño. Los discos de frenos, debido a su peso liviano y mejor performance están reemplazando al sistema de tambores en las ruedas traseras.
En lugar de piezas que se oponen presionando hacia afuera del centro de la rueda y dentro del tambor de frenos, un disco está presionado por los lados hacia su centro, donde actúa la fricción de las pastillas de frenos del cabezal del sistema.
La gran ventaja de los frenos a disco es que son esencialmente libres de fallas. Esto es, su aplicación repetida no resulta en una temperatura excesiva que se suele desarrollar en el sistema de tambor y zapatas, que reduce el rendimiento de poder de frenado llegado a un nivel.
Algo común en los autos actuales es el sistema antibloqueo de los frenos ABS, el que previene que las ruedas se frenen completamente cuando los frenos son aplicados imprevistamente en una situación de pánico que lleva a parar el vehículo.
Para ver los principios básicos del moderno sistema de frenos, es fácil mirar una bicicleta y hacerse a una idea. Básicamente, cuando usted aplica presión sobre los frenos, la presión es transferida a través de cables para tirar de pequeñas piezas y presionar sobre los lados de la rueda y la fuerza de la fricción oponiéndose con las ruedas causa la detención.
En efecto, los autos originalmente emplearon el mismo sistema de cables, pero no resultó suficiente para detener el vehículo a altas velocidades. En lugar de los cables se utilizó un sistema de fluido hidráulico para transferir la presión que aplica el conductor sobre el pedal para frenar.
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