¿No has notado que parece que ya nunca hace falta poner la llave en la cerradura de la puerta de nuestro coche para abrirla? Los mandos a distancia para coches, normalmente integrados en las propias llaves del coche, usan un transmisor de radio para poder desbloquear las puertas del coche. Este sistema está implementado en prácticamente cualquier coche nuevo que podamos ver hoy en día. Cuando pulsas el botón en el llavero del coche, transmite una señal al receptor dentro del vehículo sintonizado para recibir esa frecuencia en particular. Esto hace que la puerta se bloquee y desbloquee, dependiendo del botón que estés pulsando. La misma tecnología es usada para abrir la puerta automática de nuestro garaje.
De todos modos, cuando piensas en ello, estás confiando la seguridad de tu automóvil a un pequeño y simple dispositivo. ¿Por qué tu llavero no abre la puerta de un modelo similar a tu coche – o incluso un coche diferente? ¿Qué detiene a un ladrón de usar una señal igual a la tuya para meterse en tu coche? No es frecuente oír que roben coches utilizando este método. La razón es muy simple, no ocurre muy a menudo. Mientras que es teóricamente imposible, las tecnologías usadas en modernos sistemas de entrada remotos – como la encriptación de datos y códigos aleatorios – hacen que para un ladrón sea bastante difícil robar coches con este método. Si lo quisieran hacer de esta manera, tendrían un buen camino por delante en cuestión de tecnologías y dispositivos especializados. Para saber algo más de este funcionamiento, debemos conocer lo antes comentado, que es la encriptación y los códigos aleatorios.
Los sistemas modernos de aperturas de coche usan un frecuencia entre 300 y 400 Megahercios. En principio, parece que si un mando a distancia de coche lanza una sola señal, cualquier coche de ese modelo y marca se tendría que abrir. Para asegurar que nadie pueda usar le transmisor para abrir el coche, es necesario producir una señal que sea única para ese coche. Aquí es donde los códigos aleatorios (también llamados cíclicos) entran en juego. Cuando pulsas el botón para abrir el coche, la frecuencia exacta transmitida por las llaves es cambiada, y el receptor dentro del coche solo coge esa señal en particular. En otras palabras, el código cambia de forma cíclica cada vez que se utiliza.
Un chip controlador dentro del coche recibe la señal y es responsable de cambiar el código cada vez que el botón de apertura o cierre es pulsado. Antes de que este sistema de códigos cambiantes fuera desarrollado, los ladrones eran capaces de usar unos dispositivos electrónicos llamados capturadores de código para poder conocer esa única señal. Con los códigos cíclicos, la señal es única cada vez, dejando a estos aparatos inservibles. Aparte de esto, el código está almacenado dentro del coche, no en el dispositivo localizado en nuestras llaves. Un ladrón tendría que abrirse paso dentro del coche para acceder al código, el cual es el propósito que tenía en primer lugar.
Los números generados cuando el código salta son aleatorios. Sin embargo, en teoría, una persona con buenos conocimientos podría anticiparse al siguiente código en secuencia. Por esta razón, los códigos también están encriptados, haciendo que cada transmisor tenga billones de diferentes códigos posibles. Aun así, no existe un sistema de seguridad totalmente infalible. En el año 2007, un grupo de investigadores descubrieron una vulnerabilidad en el algoritmo usado por casi todos los fabricantes de coches para encriptar sus códigos. Con esta vulnerabilidad, vieron que podían abrir los coches con solo transmisor de radio.
¿Deberíamos preocuparnos de que roben nuestro vehículo de esta manera? Probablemente no. Después de todo, el método mencionado más arriba es extremadamente técnico y realmente muy complicado. Esto hace que esté fuera del ámbito de la mayoría de los ladrones de coches. Es sencillamente mucho más sencillo y fácil para un ladrón probar suerte rompiendo la ventanilla o intentar forzar la puerta, y después arrancar el coche con los cables.
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