Supón que estás un día conduciendo por la autopista. Estás a punto de tomar una salida, pisas el freno y te das cuenta que no vas más despacio. No importa cuanto presiones los frenos - nada ocurre. ¡Te empiezas a dar cuenta con estupor, que no llevas frenos! ¿Qué vas a hacer? Cuando pisas el pedal del freno en la mayoría de los coches hoy en día, estás pulsando un pistón. El pistón empuja en el fluido del freno en un cilindró maestro, presurizando el fluido de los frenos. Fluye a través de finos conductos a cada una de las ruedas. Estos pistones aplican presión a las pastillas de freno, y se aprietan contra un disco o un tambor para parar el coche. Si estuvieras en la catastrófica situación de perder líquido de frenos o si alguien cortara las líneas de los conductos de frenado, nada ocurriría al pisar el freno.
La primera cosa que debes hacer si te encuentras que no tienes frenos en absoluto, es intentar dar pisadas intermitentes al freno, como si estuvieras tanteándolo. Si los conductos rotos tienen alguna fuga (en lugar de estar cortados), puede que seas capas de bombear suficiente líquido dentro del sistema para conseguir controlar la situación.
Lo siguiente es probar el freno de mano – Esto es por supuesto en caso de total emergencia. Si alguien corta los conductos de los frenos, si ha sido algo intencionado, puede que también haya cortado los del freno de mano, por lo que vamos a suponer que también te falla este freno. Vamos a decir claramente que tienes un grave problema y que vas sin frenos por la autopista. Lo siguiente que tienes que probar es la transmisión. Puedes ir reduciendo marchas poco a poco y usar el propio motor para ir frenando. No es algo habitual, pero hay gente que hace esto como hábito. Esta mal hecho, pero en caso de emergencia nos puede salvar del posible golpe.
Los pasos serían, reducir a una marcha más baja, esperar a que la velocidad se reduzca y entonces bajar a la siguiente marcha. Si a los lados de la carretera por la que vayamos, hay hierba, tierra revuelta o vegetación, podemos meternos en ello para proveer de algo de resistencia al coche.
Si estás haciendo todo esto y parece que vas a chocar contra algo antes de que puedas para el coche, hay que pensar de forma estratégica. Si tienes la opción de estrellarte contra algo sólido y algo que cederá cuando te golpees – un quita-miedos por ejemplo - elige al instante el objeto que se doblará ante el golpe. Puede parecer algo obvio y hasta tonto, pero cuando tenemos que decidir en cuestión de segundos que hacer, hay que tener la mente fría y tomar la mejor decisión. Mucha gente simplemente se queda bloqueada esperando el choque. No hace falta decir que si vemos un tramo que tiene una pendiente empinada, debemos cogerla para que la inercia se reduzca por si misma.
En otras palabras, si tienes tiempo para salvar el coche usando algo NO destructivo como que se rompa la transmisión o quedarte embarrancado en un campo de cultivo, no dudes en hacerlo. Si no puedes salvar el coche, sálvate tú. Haz lo que debas hacer “parando” el coche contra al “suave” y a ser posible cuando el coche esté ya muy frenado. Si todo esto falla, relájate y confía que los airbag estén en buenas condiciones.
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