viernes, 27 de mayo de 2011

¿Cómo funciona el mando del coche?


Si tienes uno de esos mandos a distancia para abrir la puerta del coche, puede que alguna vez te hayas hecho alguna de las siguientes preguntas: ¿Qué hace este dispositivo cuando aprieto el botón? ¿Cómo hace para que una pesada puerta se abra a varios metros de distancia? ¿Cómo es de seguro? ¿Podrías abrir otros coches con el mando, o podrían abrir el tuyo con un mando diferente?

Los dispositivos remotos más comunes que solemos utilizar en nuestro vehículo, es el mando que suele ir integrado en la llave del coche, y que bloquea y desbloquea las puertas de nuestro automóvil. Muchos también arman y desarman la alarma al mismo tiempo. Algunas casas controlan su sistema de alarma también con mandos remotos, aunque no es tan habitual. Otro mando de coche muy común es el que nos permite abrir la puerta de nuestro garaje.
El dispositivo con el que abres las puertas de tu coche o las del garaje es realmente un transmisor de radio. Cuando pulsas un botón del dispositivo, poner en marcha el transmisor y envía un código al receptor (ya sea en el coche o en el garaje). Dentro del coche o el garaje hay un receptor de radio sintonizado a la frecuencia que está usando el transmisor. El transmisor es muy similar a los utilizados en los juguetes, y en particular los coches o avionetas teledirigidas.
En los primeros días de las aperturas remotas en los garajes, allá por los años 50, los transmisores eran muy simples. Enviaban una sola señal, y la puerta del garaje respondía abriéndose o cerrándose. Al volverse las puertas de garaje con apertura remota, algo muy común y extendido, la simplicidad del sistema planteo un problema – cualquiera podía ir por la calle con un transmisor y abrir cualquier garaje que quisiera. Todos usaban la misma frecuencia y no había seguridad.
En los años 70, este tipo de aperturas se volvió algo más sofisticado. Como podemos ver en la foto de más abajo, podemos ver un switch o conmutador, que puede soldarse a una placa base, y con ocho pequeños interruptores. Variando estos interruptores, se puede controlar el código que envía el transmisor. La puerta del garaje solo se podía abrir si el switch del receptor estaba en las mismas posiciones que el transmisor. Esto daba un cierto nivel de seguridad, aunque no demasiado. Un switch de ocho interruptores solo da la posibilidad de 256 combinaciones posibles. Esto es suficiente para que un grupo de vecinos no se abran la puerta entre ellos, pero no suficiente para dar una seguridad real.
Normalmente un transmisor consistía en dos transistores y unos cuantos resistores, y poco más. Se alimentaba con una batería de 9 voltios, y es de los que podemos encontrar en un walkie-talkie normal y corriente. Hoy en día, los transmisores remotos se han vuelto más sofisticados desde entonces.
¿Cómo es el circuito de un mando a distancia?

Con todos los sistemas de mandos a distancia para coches que hay hoy en día, la seguridad es realmente una cosa a tener en cuenta. Si la gente pudiera abrir los coches de otras personas en el parking de un centro comercial, el problema sería muy serio. Con la proliferación de los escaneadores de radio, también se debe prevenir a otras personas “capturar” el código que tu transmisor está mandando. Una vez que obtengan el código, pueden simplemente retransmitirlo para abrir el vehículo que hayan controlado.
Normalmente podremos ver el circuito de un mando a distancia como una pequeña placa en miniatura. Hay un pequeño chip que crea el código que es transmitido, y una pequeña pieza electrónica del tamaño de un guisante, que hace la función de transmisor. El chip de control en cualquier controladora moderna, usa algo llamado código aleatorio para proveer de seguridad.
Funciona más o menos así:
• El chip de control del transmisor tiene una parte de memoria que almacena un código de 40 bits. Cuando aprietas un botón del mando, envía ese código de 40 bits junto a un código de función que le dice al coche lo que quieres hacer (bloquear o desbloquear las puertas, abrir el maletero, etc.).
• El chip de control del receptor tiene a su vez otra memoria con 40 bits de código. Si el receptor consigue los 40 bits que está esperando, entonces realiza la función requerida. En caso contrario, no hace nada.
• Tanto el transmisor como el receptor usan un generador de números aleatorios. Cuando el transmisor envía el código de 40 bits, usa este generador de números aleatorios para coger un nuevo código, el cual almacena en memoria. En el otro extremo, cuando el receptor recibe un código válido, usa también un generador para conseguir otro código nuevo. De esta manera, el transmisor como el receptor están sincronizados. El receptor solo abre la puerta si le llega el código que espera.
• Si aprietas el botón de transmisión cuando estás muy alejado del receptor para que lo pueda leer, el transmisor pasa al siguiente código y el receptor no lo hace – y de repente ya no están sincronizados.
Los diseñadores de mandos a distancia de coches, saben que el botón de transmisión se pulsa muchas veces por accidente, por lo que existe un sistema en caso de fallo. Si el receptor recibe un código que no reconoce, automáticamente intenta los siguientes 256 códigos en la secuencia. Si encuentra el correcto, activa el comando o función adecuada. Si no es así, no hace nada.
La probabilidad de coincidir con el código de otro receptor con tu mando a distancia es de una entre un billón, y eso es solo si estás haciéndolo con un receptor y un transmisor del mismo fabricante. Este es el motivo por lo que es extraño activar el mando remoto de otra persona por accidente hoy en día.
Muchos automóviles tienen un método de volver a sincronizar el receptor y el transmisor, aunque varían entre fabricantes. Una manera de hacerlo con sistemas instalados de fábrica, es poner el coche en marcha y apagarlo y encenderlo 8 veces en unos diez segundos, reseteando de esta manera el sistema de programación del mando. Por supuesto, para cada caso, habrá que leer las instrucciones y documentación del coche en particular.

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