jueves, 16 de junio de 2011

Autos que cuidan la salud


La compañía automotriz Ford, anunció el desarrollo de un asiento de seguridad capaz de monitorear el ritmo cardíaco del conductor, con el objetivo de prevenir ataques de corazón al volante.

Con este nuevo proyecto, los ingenieros de Ford buscan reducir el número de accidentes y víctimas que son causados por los conductores que sufren de problemas cardiacos.
La capacidad de controlar los corazones al volante ofrece granes beneficios a la salud y a la seguridad vial, ya que el coche es un lugar donde los ocupantes pasan largos periodos de tiempo sentados, en una posición muy tranquila, ideal para medir la actividad del corazón.
La semana pasada, la empresa automotriz presentó Ford SYNC, un novedoso sistema que tiene la capacidad para conectar dispositivos a través de Bluetooth y realizar un monitoreo de la glucosa en la sangre en personas que padezcan diabetes o reconocer un simple resfriado.
El objetivo de estas nuevas tecnologías que se aplicarán a sus unidades es proporcionar alertas al conductor así como a las redes sociales médicas sobre el estado de salud del individuo y su ubicación en caso de alguna emergencia.

DESARROLLAN TECNOLOGÍA

Los ingenieros del Centro de Investigación Europeo de Ford en Aachen, Alemania, en colaboración con la Universidad Técnica de Renania-Westfalia en Aachen, desarrollaron el prototipo de asiento que utiliza tecnología ECG (electrocardiográfica), que monitoriza los impulsos eléctricos generados por el corazón.

Dichos impulsos podrán ser convertidos en señales que pueden ser analizadas por expertos o software médico, y detectar signos de irregularidad que pueden avisar de manera preventiva que el conductor debería buscar atención médica, porque podría padecer un ataque cardíaco u otras dolencias cardiovasculares.

El asiento ECG de Ford funciona con seis sensores que detectan la actividad cardíaca a través de la ropa del conductor, simulando a una máquina electrocardiográfica normal como la que utilizan los médicos.

Los sensores, colocados en la superficie del respaldo del asiento, han sido especialmente diseñados para ser capaz de detectar la firma electrónica del corazón a través de la ropa.
Aún se trabaja para que los sensores funcionen con todo tipo de materiales, ya que hay ciertos tipos de tela sintética y lana que pueden causar interferencia eléctrica que alteren la señal de los impulsos eléctricos.

Teniendo en cuenta que el 23 por ciento de la población europea tendrá 65 años o más en 2025, y que esta cifra llegará al 30 por ciento en 2050, es evidente que el número de conductores con riesgo de sufrir ataques cardíacos aumentará en las próximas décadas.

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