martes, 6 de septiembre de 2011

Reposacabezas II


A pesar de la gravedad que puedan tener estas lesiones lo cierto es que se pueden evitar de una forma relativamente simple: impidiendo el movimiento relativo entre la cabeza y el torso, que es lo que hace el reposacabezas, actuando de retén que detiene el movimiento de la cabeza en su desplazamiento hacia atrás.

Prueba de la falta de atención que se da al reposacabezas es que la inmensa mayoría de los reposacabezas ajustables que se ven en los vehículos circulando habitualmente por nuestras calles y carreteras se encuentran en su posición más baja, donde difícilmente podrán cumplir su misión de retención eficaz de la cabeza en caso de accidente. Algunos estudios realizados observando la posición de los reposacabezas de los conductores en el tráfico real han mostrado que son mayoría los que llevan sus reposacabezas en una posición inadecuada. Aunque algunos reposacabezas son fijos y no permiten variar su posición, en la mayoría de los casos son ajustables y en estos la mala posición del reposacabezas se debe a una negligencia del ocupante del vehículo, que omite por completo cualquier actuación de ajuste sobre éste. En un estudio del año 1996, tras examinar más de 1900 vehículos, se vio que el 83% de los reposacabezas ajustables se podrían haber puesto en una posición más elevada para ofrecer una mejor protección al conductor.

La importancia de un buen ajuste ¿Cuál es la posición correcta del reposacabezas? Dos son los parámetros que determinan el ajuste de un reposacabezas, su altura y su separación respecto a la cabeza del ocupante. Idealmente el centro del reposacabezas debe quedar a la altura del centro de gravedad de la cabeza, lo que se consigue aproximadamente cuando el borde superior del reposacabezas queda a la misma altura que la parte alta de la cabeza.

También es importante, para evitar que el cuello se doble como una S, que el reposacabezas esté lo más cerca posible de la cabeza, sin que interfiera con los movimientos normales del conductor, lo que se consigue dejando unos 4 cm. de distancia entre la cabeza y el reposacabezas.

En ningún caso debe quedar el reposacabezas por debajo de la línea de los ojos, o lo que es lo mismo, a más de 10 cm aproximadamente desde el borde superior de la cabeza. También debe evitarse que la separación horizontal con la cabeza sea mayor de 10 cm, pues se ha comprobado que distancias mayores se asocian con efectos desfavorables para el cuello. La inclinación del respaldo del asiento puede influir sobre esta distancia de separación horizontal.

Tradicionalmente, el diseño del reposacabezas tampoco ha sido algo prioritario entre los constructores de automóviles. Pero últimamente esta tendencia va cambiando y algunos diseños innovadores de asientos incluyen reposacabezas muy mejorados que pueden reducir significativamente el riesgo de lesión. Tal es el caso del reposacabezas activo que incorporan los Saab 9-5 y también algunos modelos de Opel, como el Omega. Por su parte Volvo ha desarrollado el concepto WHIPS que además de un reposacabezas con una buena geometría incorpora un mecanismo especial en el asiento que cede ante la fuerza de un golpe trasero en el vehículo, ayudando a absorber la energía del choque y disminuyendo así el riesgo de lesiones en el cuello. Sin necesidad de recurrir a diseños especiales, el simple hecho de que los vehículos nuevos empiecen a incluir reposacabezas con una adecuada geometría, y también en las plazas traseras, como medida habitual, ya es un paso adelante.

Si tenemos en cuenta que casi la mitad de todas las lesiones que se producen en accidentes de tráfico son lesiones de cuello, y que el riesgo de sufrir lesiones de cuello es mayor en impactos por alcance que en cualquier otro tipo de colisión, tal vez entonces valoremos el reposacabezas en su justa medida. Para ello baste decir que algunos investigadores consideran que se podría conseguir un 28% de reducción del riesgo de lesión de cuello simplemente ajustando todos los reposacabezas a una posición alta.

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