martes, 6 de septiembre de 2011

Reposacabezas I


El reposacabezas es un elemento de seguridad más del vehículo al que no todos los usuarios del automóvil contemplan como tal. El ajuste correcto del reposacabezas puede ayudar a disminuir el número y gravedad de las lesiones de cuello, especialmente en las colisiones por alcance.

Reposacabezas, apoyacabezas, con ambos nombres se conoce a este elemento indispensable en el vehículo, y ambos pueden resultar igual de engañosos. Efectivamente el reposacabezas está pensado para que la cabeza se apoye en él, pero no de la forma en que lo haríamos cuando nos sentamos cómodamente en el sillón de casa dispuestos a ver una película en la televisión, sino más bien como se apoya la mano en una barandilla al dar un traspiés para evitar la caída. Dicho más claramente: el reposacabezas no es un elemento de confort sino de seguridad pasiva del vehículo. Sería más correcto llamarlo “sistema de retención de la cabeza”, aunque este nombre resultaría poco práctico.

Si el reposacabezas es un sistema de seguridad y hoy en día se da tanta importancia a la seguridad en los vehículos, ¿por qué entonces le prestan los usuarios del vehículo tan poca atención? En un estudio de la compañía aseguradora canadiense ICBC (Insurance Corporation of British Columbia) en el que se pedía a los conductores enumerar todas las características de seguridad de que disponían sus vehículos, el reposacabezas solía figurar en el último lugar de la lista o ni siquiera entraba en ella. Queda claro que la gran mayoría de conductores no son conscientes de la importancia del reposacabezas y de su finalidad, lo que puede hacerse extensivo para todos los ocupantes de un vehículo. Tal vez sea por la tendencia natural del hombre a fijar su atención sobre lo que tiene directamente delante y a la vista, por lo que nunca se piensa en el reposacabezas. Aún así, lo cierto es que las pocas veces que se piensa en él se hace más viéndolo como un elemento de confort que de seguridad.

La función protectora del reposacabezas ya se observó por primera vez en los pilotos embarcados en portaaviones americanos en los años 20. Éstos, al ser catapultados experimentaban aceleraciones considerables que hacían sufrir “desvanecimientos” momentáneos. Se comprobó que la inclusión de un reposacabezas rígido en el respaldo de los asientos ayudaba a soportar mejor el empuje del despegue y eliminaba este problema.

Igual que la cabeza de los pilotos es empujada hacia atrás cuando el avión es impulsado hacia delante, ocurre con el ocupante de un vehículo cuando otro lo golpea por detrás. Al producirse el impacto, el respaldo del asiento empuja al torso del ocupante hacia delante, mientras tanto la cabeza permanece en su situación inicial debido a su inercia y esto provoca la retracción del cuello, es decir, que el cuello se doble en forma de S, lo que tiene un efecto muy desfavorable para la columna vertebral y puede ocasionar lesiones en las cervicales y en los nervios y tejidos adyacentes.

Si el movimiento del torso continúa, la cabeza inicia un giro hacia atrás hasta entrar en contacto con el reposacabezas. Este movimiento a menudo provoca una extensión excesiva del cuello, conocida como hiper- extensión, lo que también puede asociarse con lesiones en algunos ligamentos del cuello. Si el reposacabezas está demasiado bajo, la hiperextensión del cuello puede agravarse debido a que el ocupante experimenta un movimiento relativo de “elevación” respecto al respaldo del asiento como consecuencia de las fuerzas del choque, y también porque el reposacabezas puede actuar como un punto de palanca.

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