Muchas veces hemos tratado el tema de la importancia de la distancia de seguridad cuando circulamos por carretera para evitar situaciones de riesgo y, sobre todo, las temidas colisiones por alcance. Pero creo que nunca hemos hablado de la distancia de seguridad en parado y después de lo que pude observar el otro día, os puedo poner un ejemplo que nos lo mostrará perfectamente.
Tengo la costumbre de, cuando me detengo en un semáforo, hacerlo siempre de tal manera que pueda ver perfectamente las ruedas traseras del vehículo que me precede. De esta forma, si tiene cualquier problema, se le cala el coche, se le estropea o decide que ese es un buen lugar para pararse, puedo simplemente girando el volante maniobrar y proseguir mi camino ya que la distancia que he guardado es suficiente.
Sin embargo, el otro día me quedé demasiado cerca del coche de delante. Cuando reemprendimos la marcha, observé que hacía un leve movimiento algo extraño y de casualidad pude percibir un objeto en la calzada que no llegué a identificar. Como no quería pisarlo, copié la maniobra del otro coche, alineando mis ruedas con las suyas e inmediatamente miré por el retrovisor para ver que era.
Detrás de mi lo que llevaba era un scooter muy pegado y completamente centrado respecto a mi coche y al poco de ponerse en marcha, pude observar como se movía violentamente y a punto estuvo de irse al suelo después de pisar el objeto que yo había esquivado. Fue entonces cuando mi que era una madera de un metro de longitud, cuadrada y de aproximadamente cinco o seis centímetros de lado.
Seguramente se había caído de un camión y como no estaba perpendicular a la carretera, la rueda delantera del scooter perdió adherencia en cuanto la pisó. Sólo la suerte y pericia de su conductor le impidió que acabase con sus huesos en el suelo. No se hubiese hecho demasiado daño, pero seguro que se habría enrabietado lo suyo.
Analicemos ahora cuáles fueron los errores del conductor del scooter. El primero, no guardar esa distancia de seguridad que hemos comentado respecto al coche de delante al detenerse. Ya no para poder maniobrar sino para poder ver cualquier objeto que hay en la calzada y proceder a esquivarlos.
El segundo error que cometió fue no colocarse en uno de los dos extremos del coche, en vez de en posición centrada. Cuando circulamos en moto, debemos hacerlo siempre en la línea de una de las ruedas de los coches ya que así, podemos copiar sus maniobras si esquivan un objeto. Pensad que un coche, si no puede esquivar un obstáculo, pasará sobre el dejando una rueda a su lado y si nosotros circulamos por el medio, literalmente nos lo tragaremos, que fue lo que le ocurrió al motorista de la historia que os he contado.
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