Los guardapolvos son protecciones de material blando que se colocan en las articulaciones para protegerlas de elementos externos e impedir fugas de la grasa utilizada como lubricante.
Por el continuo movimiento de las articulaciones, los guardapolvos se van debilitando hasta que se agrietan y al final se rompen. Un guardapolvo roto posibilita la entrada de agua y suciedad a la articulación. El agua oxida las piezas metálicas y reduce las propiedades lubricantes de la grasa. La suciedad, en especial la arena, tiene un gran poder abrasivo, lo que acelera el desgaste de las piezas metálicas en contacto. Además la grasa sale de la articulación y se deposita en otros elementos a los que puede dañar.
Los guardapolvos que más sufren el deterioro son los utilizados para proteger las articulaciones de los palieres. El guardapolvo se rompe por los pliegues del fuelle y la grasa sale despedida por la fuerza centrífuga cuando gira la rueda. Parte de la grasa se deposita sobre el neumático descomponiéndolo con el paso del tiempo. Si el disco de freno no está suficientemente protegido, la grasa también puede llegar hasta él, reduciendo e incluso anulando su eficacia. El agua de los charcos y el polvo pueden entrar fácilmente en la articulación al estar muy cerca del suelo y no tener elementos exteriores que la protejan.
Otros guardapolvos con bastante deterioro son los colocados en los extremos de la cremallera de la dirección. En este caso su rotura permite la entrada de suciedad al interior de la cremallera. La grasa no sale tan fácilmente porque el movimiento de la cremallera es más lento.
Los guardapolvos se cambian cuando presentan síntomas de deterioro al agrietarse su superficie. En algunos casos, las grietas aparecen por la parte interior de los fuelles, dificultando la inspección. Por este motivo, se deben realizar inspecciones periódicas del estado de los guardapolvos con el fin de detectar la aparición de grietas o roturas. Al detectar una grieta o rotura será necesario proceder al cambio del guardapolvo con la mayor rapidez posible. El cambio del guardapolvo debe ser realizado por personal cualificado, ya que la operación conlleva desmontar piezas que afectan a la seguridad del vehículo.
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