lunes, 19 de septiembre de 2011
¿Conocemos las normas de circulación? (2): usuarios somos todos
Capreolus 3 de septiembre de 2011 | 15:52
Si circulamos por la red viaria tenemos que saber como usuarios que no estamos solos. También las calles y carreteras son compartidas por el resto de usuarios. Se trata de peatones o personas que con ocasión del tráfico hacen uso de la vía; conductores de bicicletas, de ciclomotores, de turismos, de camiones, de autobuses, de vehículos especiales por obras o servicios e incluso personas al cuidado de animales sueltos y rebaños. Una red vial terrestre compartida por los medios de transporte con o sin motor y que además su uso puede ser particular o profesional.
En el anterior artículo sobre el conocimiento de la norma vimos a modo de introducción como sin darnos cuenta aplicamos la norma. Ya sea por instinto o por convencimiento, justificamos de alguna manera la necesidad de conocer las normas. Pero, como conductores o usuarios, sin romper el dicho de la teoría a la práctica, al hilo de lo que nos dice el reglamento: ¿aplicamos bien la norma?, ¿somos solidarios con los demás?
Hace tiempo hablamos de los usuarios de patines en calidad de peatones. Y pienso, que si sumamos las posibilidades de la movilidad urbana a la variedad de personas que manejan o conducen ciclos, el acerado pasa de ser un refugio para viandantes a una calle peatonal. Al final el coche está siendo más apartado, así que para ir al centro mejor en bicicleta como alternativa. También, hay casos en los que se mezcla el acerado con la calle aunque para evitar abusos de unos y otros ya se encargará el consistorio en colocar dos filas de bolardos, que vistas desde lejos parece la señalización de una pista de vuelo y todo para recordar que la parada y el estacionamiento está prohibido.
Los usuarios de la vía están obligados a comportarse de forma que no entorpezcan indebidamente la circulación ni causen peligro, perjuicios o molestias innecesarias a las personas, o daños a los bienes. (artículo 2º del RGC)
Nuestro comportamiento al mando de un vehículo puede afectar a los demás
Por lo tanto, cualquier comportamiento que altere a los demás y que pueda generar peligro, perjuicios o molestias innecesarias a las personas, o daños a los bienes puede considerarse como una conducta merecedora de sanción. Y sin intención de mencionar este tipo de conductas, seguro que a más de uno le viene a la memoria alguna de esas maniobras o comportamiento contraproducente por parte de otros usuarios y que nos han dejado perplejo ante tal conducta.
Como son más los usuarios de vehículos a motor y menos el resto de usuarios, me centraré en las obligaciones de los primeros pero partiendo de la base de que la colaboración entre todos los usuarios debe ser como cuando vamos a repostar a una estación de servicio, escogemos la cola y esperamos el turno de forma ordenada hasta que nos toque.
Por tanto, el conductor estará obligado a controlar de manera segura su propia libertad de movimientos, así como mantener en todo momento una atención permanente a la conducción dentro de su campo de visión. Y esto se consigue con una posición correcta del conductor con respecto a los mandos del vehículo, de los pasajeros debidamente sujetos con especial atención a los niños que tienen que ir con su sistema de retención, así como llevar bien colocado el equipaje y demás objetos del interior del habitáculo. También en el caso de llevar animales sueltos, éstos tienen que ir en los asientos traseros y alejados del conductor mediante una red.
La necesaria colaboración entre todos los usuarios
Si queremos tener seguridad en nuestros desplazamientos, ya sea por razones de trabajo, salidas de fiesta, ida y vuelta a nuestro domicilio, etcétera… tenemos que ser solidarios con los demás para ejercer ese derecho a la movilidad. Menciono algunas de las acciones que ni dan seguridad ni son solidarias, tales como:
• Circular por una vía interurbana cambiando constantemente de carril y sin señalizar tales desplazamientos,
• utilizar el acerado o el arcén para avanzar en una retención con riesgo para peatones además de entorpecer la movilidad de los demás,
• arrojar papeles, restos de comida, colillas sobre la calzada,
• parar o estacionar en lugares de entrada y salida de domicilios, abusando de la parada o haciendo uso de los estacionamientos utilizando más de una plaza para ello,
• no hacer desaparecer o no señalizar un obstáculo sobre la calzada,
• emitir ruidos y gases superiores a los permitidos,
• acercarse demasiado a los vehículos que van delante sorprendiéndole con ráfagas de luz a los conductores sin motivo,
• no señalizar con tiempo una maniobra de cambio de carril o adelantamiento o abusar de la maniobra entorpeciendo a los demás,
• hacer caso omiso a las señales de los agentes de tráfico,
• no facilitar una incorporación teniendo posibilidades de cambiar de carril para permitir la entrada de otros usuarios,
• no respetar la zona de incertidumbre respecto a peatones y ciclistas,
• etcétera.
También el mal comportamiento, resta puntos
Y por si no lo sabían, el mal comportamiento como conductores también nos puede acarrear la pérdida de puntos. Mejor lo explico en este cuadro con la observación de que el importe de la multa que figura en el cuadro pude ser reducido en un 50%, si se paga en el plazo de 20 días naturales.
Aunque puede haber más conductas que transgreden la norma, no quiero extenderme para no cansar al lector, pero seguro de que haberlas las hay. Y no pretendo con esto ser el justiciero del reglamento, ni mucho menos, pero por lo menos dejar claro que una infracción cometida puede ser la antesala para verse implicado en un accidente de tráfico y si encima involucramos a los que nos acompañan o a otros usuarios, no me parece justo.
Se deberá conducir con la diligencia y precaución necesaria para evitar todo daño, propio o ajeno, cuidando de no poner en peligro, tanto al mismo conductor como a los demás ocupantes del vehículo y al resto de los usuarios de la vía. (Artículo 3º del RGC)
En definitiva, las acciones que son contrarias a las normas de buena conducta son las que perjudican el derecho a la circulación y movilidad segura. Si queremos ser solidarios, tenemos que cumplir con las normas y respetar a los demás.
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