lunes, 19 de septiembre de 2011
Adelantar es una maniobra peligrosa
Esteban Viso 21 de mayo de 2011 | 21:06
En Circula Seguro hemos hablado largo y tendido de adelantamientos, y no va a ser nunca suficiente. Adelantar es una maniobra peligrosa por su propia naturaleza. De hecho creo que es una de las maniobras que más experiencia requiere al volante porque implica muchas variables que, sin la suficiente confianza en ti mismo y en el vehículo que llevas, es mejor no hacer o abortar que llevar adelante de todas formas.
Desde mi punto de vista, desde la poca experiencia al volante que tengo, circular por una carretera de doble sentido y un carril para cada uno de ellos siempre me parece lo mismo: un acto de paciencia y prudencia. Recientemente he tenido que ir a las cercanías de mi ciudad por motivos de trabajo, y el recorrido era mitad y mitad, autovía y carretera nacional de un carril para cada sentido. 58 kilómetros de distancia, 55 minutos estimados de viaje (una hora en realidad). Las razones son bien sencillas, una carretera nacional con zonas limitadas a 80 km/h, una ruta frecuentada por camiones, y el no verlo claro a la hora de adelantar.
Reconozco que si en un par de ocasiones hubiese intentado el adelantamiento a los camiones lo habría logrado. Eso creo. El coche que conduzco no es de los que te entregan buena potencia cuando se la pides, es de respuesta algo más lento. Y yo, sinceramente, no veía muy bien la velocidad a la que venían los del otro carril, además de que el camión que me tocó a la ida, y el que me tocó a la vuelta también me quitaba buena porción de campo visual.
Sin embargo, uno de los motivos de preferir quedarme tras el camión, dejando casi 100 metros entre él y yo, es que quienes venían detrás de mí no dudaban a la hora de adelantar y lo hacían, poniéndose entre el camión y yo. De nuevo, la distancia de seguridad me ayudaba y el exceso en este caso dejaba espacio suficiente para los que no adelantaban los dos vehículos a la vez: el mío y el camión. Porque he visto varios adelantamientos así en ese viaje. El más ajustado, un Mercedes que nos adelantó a mí, al coche que iba delante y al camión, volviendo bruscamente al carril delante del camión pero casi sin espacio con el coche que venía en sentido contrario.
Viendo mi velocidad media, me encontraba circulando a unos 75 km/h mientras que adelantando al camión iría a 80km/h en esas zonas limitadas. ¿Valía la pena? Sinceramente para mí no. Preferí sentirme seguro dejando espacio suficiente, sin embargo no puedo dejar de pensar que con mi propia seguridad podría estar incitando a los demás a realizar adelantamientos arriesgados. ¿Es eso cierto? Pues mi opinión reflexionando sobre el tema es que no. Dejando 100 metros, prácticamente, de espacio delante de mí estaba dando la oportunidad de adelantarme a mí, volver al carril y planificar un nuevo adelantamiento. Nadie está obligado a adelantar a tres vehículos de una tacada.
Las prisas, la impaciencia, no son buenas compañeras de viaje. Y lo veo claro, para mí es más importante sentirme seguro al volante que ganar 10 minutos en el trayecto de vuelta a casa, porque lo que yo quiero hacer es llegar, darle un beso a mi mujer y disfrutar de la comida y la sobremesa.
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